En la ex Twitter una gran cantidad de usuarios hablan de la ciudad
Tras conocerse la noticia, miles de usuarios se manifestaron en las redes, muchos en favor de la determinación, y hasta pidieron que en otros puntos del país se imite la iniciativa.
El proyecto se aprobó por unanimidad en el Concejo Deliberante y prohíbe la utilización en motovehículos de los caños de escape, más allá de sus variantes, que producen los denominados “cortes” o explosiones.
Es un equipamiento que viene de fábrica y al que los amantes de estas unidades, en particular los cultores de lo que en la jerga se conoce como “stunt”, apelan para personalizarlas y darles un protagonismo especial desde esos particulares y notorios sonidos que afectan y mucho al resto de la comunidad.
La iniciativa la presentó el concejal de Unión por la Patria, Miguel Guglielmotti, y consiguió el acompañamiento de la totalidad de los bloques representados en el cuerpo deliberativo. Pasó por las comisiones y recibió el voto unánime final en sesión pública.
El texto aprobado dispone prohibición en el ámbito de General Pueyrredon a la circulación de “motocicletas que no posean caño de escape homologado o que el mismo haya sido modificado, así como aquellos que produzcan ruido de impacto por aceleración, desgaste, estar defectuosos, carecer de silenciador u otros mecanismos”.
Se destacó que este proyecto fue elaborado con participación de instituciones que trabajan en capacitación, atención y contención de personas que sufren autismo y otros trastornos en los que los sonidos de alta intensidad resultan perjudicial, con alteraciones en el comportamiento.
También se remarcó que se trata de caños de escape que se incorporan a las motos pero “no están homologados” ya que carecen de los silenciadores obligatorios, lo que deriva en estas explosiones tan celebradas por quienes son parte de esta franja de amantes de motos especiales.
La intervención se hace con cambio de escapes que tienen un valor que va desde los 50.000 hasta más de 200.000 pesos según el modelo de moto en el que se lo vaya a colocar, dependiendo siempre del potencial del motor.
Esta situación ya tiene antecedentes en otros distritos donde a modo de sanción no solo se secuestran las motos que incorporan este tipo de caños de escape. También suelen hacer demostraciones públicas de su reducción a chatarra.
Los concejales insistieron que las multas no solo son la única estrategia para enfrentar a esta problemática sino que remarcaron la necesidad de generar campañas de concientización sobre los efectos de estos equipos, por lo que apelaron al protagonismo que en este sentido deberán tener el Estado municipal y los medios desde la difusión.
Entre las medidas previstas se contempla el secuestro de estas unidades y la posibilidad del propietario de recuperarlas, previo pago de multa y reemplazo del caño de escape por uno autorizado y homologado.