miércoles, septiembre 17

El PRO apuesta a la autonomía: bloques propios en la Legislatura y el conurbano

Tras las elecciones, la Legislatura bonaerense y los concejos deliberantes del conurbano muestran un nuevo mapa político. Aunque el PRO y La Libertad Avanza compitieron en tándem, en el terreno institucional cada fuerza conservaría su autonomía

La reciente elección en la provincia de Buenos Aires no solo reconfiguró el equilibrio de fuerzas, sino que abrió interrogantes sobre cómo se ordenará el tablero legislativo en la etapa que comienza. A pesar de haber compartido boleta, todo indica que el PRO y La Libertad Avanza no conformarán un bloque conjunto en la Legislatura bonaerense ni en los concejos deliberantes del conurbano.

Fuentes cercanas a la conducción amarilla confirmaron que el PRO mantendrá su propia identidad en ambas cámaras: 13 diputados y 9 senadores seguirán integrando un bloque diferenciado, desestimando las versiones que hablaban de un “superbloque liberal”. La decisión responde a un argumento central: no todos los legisladores del PRO comparten la línea política de Javier Milei ni la impronta de sus dirigentes provinciales.

“Vamos a acompañar lo que consideremos razonable, pero no vamos a perder nuestra identidad”, deslizó un referente del PRO bonaerense. El mensaje es claro: habrá acuerdos puntuales con los libertarios, especialmente en proyectos económicos y fiscales, pero la convivencia bajo un mismo sello está descartada.

El efecto de esta decisión no se limita a la Legislatura. En los concejos deliberantes del conurbano, donde el reparto de bancas es clave para sostener o condicionar a los intendentes, el PRO busca preservar su representación. La estrategia apunta a no diluirse en el esquema libertario, garantizando que la marca amarilla conserve volumen propio y capacidad de negociación frente a los ejecutivos municipales.

Este escenario instala un mapa político más fragmentado, con bloques que, aunque aliados electoralmente, mantienen márgenes de autonomía. Para el oficialismo provincial, el esquema puede resultar una oportunidad: la negociación se multiplica en varias mesas y no en un único bloque opositor cohesionado. Para LLA, en cambio, representa un desafío: la imposibilidad de contar con una bancada ampliada le resta fuerza a la hora de discutir leyes clave en un territorio donde el kirchnerismo sigue siendo mayoría.

El dato de fondo es que, tras años de alternancia entre hegemonías y acuerdos, la política bonaerense se encamina hacia una etapa de geometrías variables, donde cada proyecto será objeto de una pulseada distinta y donde el PRO, pese a haber compartido alianza electoral, busca sostener la centralidad de su propia marca en un tablero en el que nadie quiere quedar relegado.