La prestigiosa guía gastronómica internacional Taste Atlas ubicó a los alfajores Orense y Capitán del Espacio en el séptimo y octavo lugar, respectivamente, en su ranking de los 20 mejores del mundo. Ambos productos son orgullosamente elaborados en Quilmes y comparten la lista con otras marcas icónicas.
La ciudad de Quilmes tiene dos motivos para celebrar. En su más reciente publicación, la reconocida guía culinaria Taste Atlas incluyó a los alfajores Orense y Capitán del Espacio entre los 10 mejores del mundo, ocupando el 7° y 8° puesto en el ranking global de alfajores. Este reconocimiento no solo destaca la calidad y tradición de estas marcas locales, sino también el fuerte protagonismo argentino en el universo del dulce de leche: 19 de los 20 alfajores del listado son de Argentina.
El único exponente extranjero es el alfajor Punta Ballena de Uruguay, que figura en el puesto 18. El resto de la lista está copado por clásicos argentinos, con nombres como Havanna, Cachafaz y Señor Alfajor, entre otros.
Orense, con su característico envoltorio amarillo y su alfajor relleno de dulce de leche cubierto en chocolate semi amargo, es una marca que ganó popularidad en los últimos años, destacándose por su sabor equilibrado y textura artesanal. En la fábrica, ubicada en la localidad de Bernal, elaboran productos de manera puramente artesanal, con excelente materia prima y un finísimo acabado, los cuales se definen por su selecta calidad y un intenso sabor.
Por su parte, el legendario Capitán del Espacio representa un emblema barrial y nostálgico de la cultura popular quilmeña. Nacido en los años 60 y producido en la misma planta de Quilmes Oeste desde hace décadas, su receta se mantuvo casi intacta, al igual que su envoltorio retro que resiste el paso del tiempo. Sin campañas publicitarias masivas ni distribución nacional asegurada, logró construir una mística que lo catapultó al culto entre generaciones de consumidores.
Este nuevo reconocimiento de Taste Atlas reafirma el lugar central de Argentina en el mundo del alfajor, y a la vez, coloca a Quilmes como una ciudad referente de la tradición alfajorera, con productos que cruzan fronteras y conquistan paladares sin perder su esencia local.